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DISERTACION SOBRE LOS SACRIFICIOS/HOLOCAUSTOS A DIOS

Los sacrificios para holocausto a Dios, es una práctica instituida por Dios desde la antigüedad. Nuestros primeros padres Adán y Eva enseñaron esta práctica sagrada a  sus hijos; por esta razón Caín y Abel presentaban sus ofrendas del todo quemada en el altar, del fruto vegetal o animal, que el Señor de toda la tierra les había enseñado, leamos lo que nos habla en  Génesis 4:3-4 “Aconteció después de un tiempo que Caín trajo, del fruto de la tierra una ofrenda a Jehovah. Abel también trajo una ofrenda de los primerizos de sus ovejas, lo mejor de ellas…”

Estas ofrendas quemadas que Caín y Abel presentaron a Dios, se comprende bien cuando estudiamos y entendemos la Ley de Dios y los profetas.

Pues Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehovah, nuestro Dios, en cumplimiento a esta ordenanza, que más tarde sería dada a conocer en forma escrita por medio de Moisés, es así como podemos comprender el proceso seguido para su presentación en el atar, leamos:

Éxodo 23:19 “Traerás lo mejor de las primicias de tu tierra a la casa de Jehovah tu Dios. (…)”

Levítico 2:1,2, 13-16 “Cuando alguien presente como ofrenda a Jehovah una ofrenda vegetal, ésta será de harina fina, sobre la cual derramará aceite y pondrá incienso…El sacerdote tomará un puñado de la harina fina de la ofrenda y parte del aceite, con todo su incienso, y hará arder sobre el altar  la porción memorial de ella. Es una ofrenda quemada de grato olor a Jehovah”.

Levítico 2:14-16  “Si presentas a Jehovah una ofrenda vegetal de las primicias, será de espigas tostadas al fuego. Presentarás el grano fresco desmenuzado  como ofrenda de tus primicias, poniendo sobre ella aceite e incienso. Es una ofrenda vegetal. El sacerdote hará arder la porción memorial del grano desmenuzado y del aceite, con todo el incienso. Es una ofrenda quemada a Jehovah”

Abel también presentó en el altar el mejor primerizo de sus ovejas, obedeciendo así el mandamiento de Dios que posteriormente sería dado a conocer en forma escrita por medio de Moisés, como ya lo hemos comentado; Abel siguió todos estos pasos al hacer su holocausto:      

Deuteronomio 15: 19 “Consagrarás a Jehovah tu Dios todo primerizo macho que nazca de tus vacas y de tus ovejas. (…)”

Levítico 1:3,10 “Si su ofrenda es holocausto del ganado vacuno, ofrecerá un macho sin defecto. (…). Si su ofrenda para el holocausto es del rebaño, ya sea de las ovejas o de las cabras, ofrecerá un macho sin defecto”

En Levítico 1:11-13 explica el proceso de la preparación y su colocación en el altar de Dios. Y como la ofrenda se consume en el fuego del altar se llama holocausto, una ofrenda quemada de grato olor a Jehovah.

Todas estas ofrendas se hacían sazonadas con sal, sin ella no es aceptable a Dios:

Levítico 2:13 “Toda ofrenda vegetal tuya la sazonarás con sal. Jamás permitirás que la sal del pacto de tu Dios falte de tu ofrenda. Ofrecerás sal con todas tus ofrendas”

¿Qué más les fue enseñado por nuestro Dios a nuestros padres como requisito añadido y necesario para presentar sus ofrendas en el altar? …  La respuesta está en las siguientes lecturas:

Génesis 4:4 “(…). Y Jehovah miró con agrado a Abel y su ofrenda, pero no miró con agrado a Caín ni su ofrenda. (…)”

Génesis 4:7 Si haces lo bueno, ¿no serás enaltecido? Pero si no haces lo bueno, el pecado está a la puerta…”

Lo que hace agradable una ofrenda es nuestra conducta ante Dios, y es lo que nuestro Dios siempre continuó enseñando por medio de sus siervos los profetas, veamos:

Miqueas 6:6-8 “¿Con qué me presentaré a Jehovah y me postraré ante el  Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Aceptará Jehovah millares  de carneros o miríadas de arroyos de aceite? …      ¡Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno!...Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios”

1Samuel 15:22 “¿se complace tanto Jehovah en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra de Jehovah sea obedecida? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el  prestar atención es mejor que el sebo de los carneros”

En ninguna de estas dos referencias de los profetas se anula las ofrendas en el altar, lo que sí enseñan es que las obras de sus servidores tienen que estar conforme a la palabra de nuestro Dios, para que todo en su conjunto sea agradable al Señor. Por ejemplo, el profeta Samuel ungió a David como rey de Israel y Miqueas profetizó durante los reinados de Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en sus períodos de vida  observamos la continuidad de holocaustos al Señor en Jerusalén.

Hasta aquí ya hemos comprendido lo esencial e inseparable de lo que es la obediencia a Dios y de los sacrificios y holocaustos: animal, vegetal.

Bien, en el libro de Génesis, encontramos la práctica de estos holocaustos por los hijos de Dios hasta nuestro padre Abraham y su descendencia. En el libro de Éxodo y sucesivos, ya encontramos la salida de Israel de la tierra de Egipto por medio de Moisés y en ese período se establece el linaje sacerdotal siendo Aarón el sumo sacerdote elegido por nuestro Dios para que presente las ofrendas sagradas en el altar. Solamente estaban autorizados Aarón y su descendencia. Un rey de Judá se atrevió a presentar la ofrenda del incienso y fue reprendido por Dios con lepra y murió con esta enfermedad, se puede leer en 2Crónicas 26:16-21

Con Moisés se establecen las tres festividades anuales: la pascua o panes ázimos, pentecostés o las semanas y la fiesta de los tabernáculos o cabañas y otros ritos sagrados ordenados por Dios, donde se tenía que presentar ofrendas en el altar cada día. Se puede entender en 1Reyes 3:25 "Tres veces al año Salomón ofrecía holocaustos y sacrificios de paz sobre el altar que había edificado a Jehovah, y quemaba incienso..."

A causa del pecado constante de los gobernantes y el pueblo de Israel, Jerusalén es entregado a Babilonia, siendo rey de Judá, Sedequías;  el templo de Jerusalén es destruido, cesan los sacrificios y holocaustos, durante setenta años, conforme a lo profetizado por Jeremías: 2Crónicas 36:11-21 Jeremías 25:8-11 Daniel 9:1,2

Al cumplirse los setenta años se restaura el servicio a Dios y se construye el templo, conforme a Jeremías 29:10-14 Esdras 1:1-5,7,8 quedando así restaurado los holocaustos a Dios: Esdras 3:1-6; en cuanto a la construcción del segundo templo puede leerse en Esdras 3:8-13

En el tiempo activo del ministerio sacerdotal de este segundo templo en Jerusalén nace nuestro Señor Jesús y fue presentado a Dios Padre en el templo, cuando su madre acudió para cumplir con la ofrenda de su purificación conforme a la ley de Dios que enseña llevar un par de tórtolas o dos pichones de paloma, uno para holocausto y otro para sacrificio por el pecado, para su expiación y ser purificada: Levítico 12:6-8 Lucas 2:21-24

Nuestro Señor Jesús también demostró en su ministerio el cumplimiento de las ofrendas conforme a lo escrito en la ley de Moisés, esto se puede entender cuando sana a uno que tenía la enfermedad de lepra, a quien le dijo que se presentara al sacerdote para cumplir con la ofrenda que mandó Moisés: Mateo 8:1-4 ( Levítico 14:1-32 ) y en su trabajo ministerial él nunca presentó sacrificios en el altar, porque respetó la ley del altar, conforme a la Ley de Dios, que se puede comprender cuando leemos Hebreos 7:14 “Porque es evidente que nuestro Señor nació de la tribu de Judá, sobre la cual Moisés no dijo nada en cuanto al sacerdocio” y Hebreos 8:4 “Si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, porque ya hay sacerdotes que presentan ofrendas según la ley”, así el apóstol Pablo demuestra la activa y continua labor sacerdotal del linaje de Aarón en tiempos del Señor Jesús. Como nuestro Señor Jesús era de la tribu de Judá no hizo trabajo sacerdotal.

Ahora, preguntamos ¿se anuló el rito de los sacrificios y holocaustos cuando fue crucificado nuestro Señor Jesucristo?  … Si la respuesta es sí   ¿Por qué los discípulos del Señor, como Pablo, continuaron guardando estos ritos?

Después de la muerte de nuestro Señor Jesucristo, se continuó la práctica de los ritos de nuestro Dios, podemos leer en Hechos  20:16  (levítico 23:15-21) y Hechos 21:26 (Números 6:13), Pablo continuó cumpliendo lo escrito en la Ley y los profetas, tal como hizo nuestro Señor  Jesucristo: Mateo 5:17-19 Juan 13:15 1Co. 11:1 Hechos 24:14

Entonces, los sacrificios y holocaustos cesaron por la destrucción del segundo templo, esto fue la causa, tal como lo anunció nuestro Señor Jesucristo: Lucas 21:5,6 “Hablando algunos acerca del templo…él dijo:…vendrán días cuando no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada”,  esta profecía se cumplió en el año 70 d. de J.C., cuando el general romano Tito capturó Jerusalén  y destruyó el templo.

Este era el único lugar elegido por nuestro Dios para presentar ofrendas sagradas, de acuerdo a su mandamiento, las siguientes lecturas lo confirman:

 Deuteronomio 12:5,6 "sino que buscaréis el lugar que Jehovah vuestro Dios haya escogido de todas vuestras tribus para poner allí su nombre y morar en él, y allá iréis. Allá llevaréis vuestros holocaustos,...”

2Crónicas 3:1 “Salomón comenzó a edificar la casa de Jehovah en Jerusalén, en el monte Moriah, donde él se había aparecido a su padre David. (…)”  y 2 Crónicas 6:20 “Estén abiertos tus ojos de día y de noche hacia este templo, hacia el lugar del cual has dicho que allí estaría tu nombre,…”

¿Por qué fue destruido el segundo templo?

Todo  esto aconteció por la idolatría en el corazón de los principales, en su mayoría, así como en el pueblo de Israel, que formaron un velo a sus ojos para conocer al Hijo de Dios,  testificado en la Ley, los profetas y los salmos, a quien quitaron la vida crucificándole por medio de manos inicuas, que se entiende cuando leemos Colosenses 3:5 2Corintios 3:14-16 1Corintios 2:7,8 Lucas 24:44 Lucas 13:34,35

Tanto el primero como el segundo templo fueron destruidos al no considerarse las advertencias de Dios por medio de sus profetas y su amado Hijo, veamos estas advertencias:                   Isaías 1:11-13 "El Señor dice: ¿Para qué me traen tantos sacrificios? Ya estoy harto de sus holocaustos de carneros y de la grasa de los terneros;... Ustedes vienen a presentarse ante mí, pero ¿quién les pidió que pisotearan mis atrios? No me traigan más ofrendas sin valor; no soporto el humo de ellas. Ustedes llaman al pueblo a celebrar la luna nueva y el día de reposo, pero yo no soporto las fiestas de gente que practica el mal"

Oseas 6:6 "Porque misericordia quiero yo, y no sacrificios; y conocimiento de Dios, más que holocaustos"

Pues, no era suficiente ofrecer holocaustos a Dios, si no que como ya lo hemos comentado, la base para su aceptación era tener conocimiento de la Ciencia de Dios y Obediencia para actuar con misericordia.

El Señor Jesús vuelve a reafirmar lo expresado en las anteriores citas bíblicas en su conversación reflexiva con un escriba, leamos  Marcos 12:32-34  "...Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro. Has dicho la verdad: Dios es uno, y no hay otro aparte de él; y amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Y viendo Jesús que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios...”

Mateo 22:40 "De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”

La continuidad de estas ofrendas sagradas a Dios, se interrumpieron a causa del pecado reiterado de Israel, faltó el profeta, el guiador del pueblo, el templo; se estableció un abismo entre Dios y su pueblo. Isaías 59:2 "Pero las maldades cometidas por ustedes han levantado una barrera entre ustedes y Dios; sus pecados han hecho que él se cubra la cara y que no los quiera oír" 

El tropiezo del pueblo de Israel, tampoco significa que Dios lo haya desechado para siempre, como lo explica el apóstol Pablo en Romanos 11:11,12 "Pregunto pues: ¿Acaso tropezaron para que cayesen? ¡De ninguna manera! Más bien, con la transgresión de ellos ha venido la salvación a los gentiles, para que ellos sean provocados a celos. Y si su transgresión es la riqueza del mundo y su fracaso es la riqueza de los gentiles, ¡cuánto más será la plena restauración de ellos!"

Es así como la muerte de nuestro Señor Jesucristo abre una esperanza de salvación y acceso a la ciudadanía israelita en los gentiles, en otras palabras a todas las naciones que no son de Israel, como se lee en Efesios 2:12,13,19

Actualmente, muchas instituciones religiosas, se han confundido por algunas lecturas del nuevo testamento, diciendo que ya no hay necesidad de ofrecer holocaustos a Dios, lo que sería una contradicción a la Ley de Dios, leamos con sentido y diligencia lo que cita Pablo en Hebreos 10:8 "...Sacrificios y ofrendas, holocaustos y sacrificios por el pecado no quisiste ni te agradaron (cosas que se ofrecen según la ley)", nos está recordando que a Dios no le agradaron ni quiso los holocaustos que está ordenado en la Ley, pero no dice "anulaste", solo nos dice "no quisiste" "ni te agradaron" tal como también lo dicen otros libros de la Biblia.

Recordemos que el Señor Jesús dijo que él no había venido a abrogar la Ley ni los Profetas (Mateo 5:17), lo que se entiende con toda claridad que los holocaustos y sacrificios no quedan abrogados con su venida y retorno al Padre, porque están ordenados a realizarse en la Ley.

Entonces ¿existe contradicción en la muerte y derramamiento de sangre de nuestro Señor Jesús y la Ley? Pues, de ninguna manera, al contrario, dado que estábamos en malas obras que eran contra la Ley de Dios estábamos bajo maldición, y Cristo el Señor con su muerte establece la puerta de entrada hacia la bendición concediéndonos ser descendientes de Abraham, y por tanto, ser herederos de las promesas, leamos Gálatas 3:13,14, 26, 29.

Recordemos que nuestro padre Abraham sirvió a Dios con ofrendas en el altar, en cada lugar donde él se establecía durante su peregrinación dirigido por Dios, puede leerse el Génesis. Y su descendencia también lo hizo. Por tanto, a los considerados descendientes ¿qué les impide hacerlo?  Pues,  si somos descendientes de Abraham tenemos que hacer las obras de Abraham: Juan 8:39 y ¿qué hizo nuestro padre Abraham?, leamos Génesis 26:5 “porque Abraham obedeció mi voz y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis instrucciones” y ya vemos que al estudiar la vida de nuestro padre Abraham, él ofrecía holocaustos de acción de gracias a Dios; entonces ¿sería correcto que los que se consideren hijos de Abraham, puedan imitar estas acciones de gracias? ¿Habría un celo por parte de los naturales?  Es bueno que pesemos nuestra respuesta.

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