Sin industrias, caerá el pueblo, es lo que nos comenta acertadamente el rey Salomón, en su libro Los Proverbios Cap. 11 y Vers. 14, contenido en la Sagrada Biblia. Pero el éxito de las industrias no sólo se asegurará con el uso de recursos materiales de calidad, sino que es vital tener un recurso humano de calidad en su exacta magnitud que no sólo se alcanza cuando el ser humano desarrolla el intelecto humano, sino también ese rico potencial espiritual que solo se manifiesta cuando el hombre busca la dirección de su Creador, el Omnipotente, YAVÉ, nuestro Dios, haciendo de él un hombre útil para toda buena obra. Pues, busquemos a Dios y aceptemos su consejo: "Lo único que te pido es que tengas mucho valor y firmeza, y que cumplas toda la ley que mi siervo Moisés te dio.Cúmplela al pie de la letra para que te vaya bien en todo lo que hagas" Jos. 1:7
La Santa Biblia es un hermoso legado de Dios, en el que encontramos testimonios ejemplares de hombres y mujeres que destacaron delante de Dios y la sociedad, como Ruth, Esther, Daniel quien ejerció cargos muy importantes durante su vida de categoría ministerial en los diversos reinados como: Nabucodonosor, Darío y Ciro, fue siempre más destacado entre los ministros de su tiempo, que en muchas ocasiones originó la envidia poniendo en peligro su vida, de las que Dios lo liberó siempre.
Hacer empresa dentro del marco de la Ley de Dios(Los diez Mandamientos de la Ley de Dios) debe ser el verdadero objetivo de un Cristiano, ya que así toda su actuación estará en armonía a las leyes naturales establecidas por nuestro Dios para bendición.